Se define como un frote enérgico de las manos y parte de los ante brazos con solución jabonosa (clorhexidina). Se realiza en tres tiempos; el primero desde lechos ungueales hasta el codo; el segundo desde lechos ungueales hasta la mitad del ante brazo y por último desde lechos ungueales hasta la muñeca.
El principal objetivo del lavado de manos quirúrgico es lograr un alto grado de asepsia en el momento previo y posterior a una cirugía.
Con esta técnica se consigue eliminar de forma rigurosa posibles restos que puedan quedar en las manos o los brazos y evitar así las temidas infecciones nosocomiales en los hospitales.
Recordemos que las manos son uno de los principales transmisores de gérmenes y, en caso de no aplicar una buena higiene, ponemos en riesgo la salud de los pacientes y la de los propios profesionales.
Recordemos que antes de aplicar esta técnica del lavado de manos quirúrgico, debemos asegurarnos de que el personal cumpla con los siguientes requisitos:
Las uñas deben estar cortas, limpias y sobre todo sin esmalte.
Deben retirarse todas las joyas de las manos como, anillos, pulseras o relojes.
En caso de heridas o cortes, el personal deberá abstenerse de la participación de intervenciones invasivas hasta su cura.
Prescindir de cepillos para el lavado de las manos o uñas.
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